El polémico mandatario estadounidense Donald Trump sacudió los cimientos del comercio continental al amenazar con dar por terminado el Tratado de Libre Comercio entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) si no se implementan cambios sustanciales. La advertencia llega en un clima de máxima tensión comercial, marcado por los recientes aranceles impuestos por Washington y el inminente proceso de renegociación del acuerdo trilateral.
“O se cumple a rajatabla o lo tumbamos”: el ultimátum de Trump
En un tenso encuentro en la Casa Blanca con el primer ministro canadiense Mark Carney, Trump dejó las cartas sobre la mesa:
“El T-MEC funciona, pero solo si se aplica como debe ser. El próximo año lo renegociaremos para ajustarlo… o para terminarlo”.

El magnate neoyorquino, conocido por su estilo confrontativo, recordó que durante su primer mandato (2017-2021) ya tuvo que rehacer el acuerdo comercial y no duda en volver a hacerlo.
Las declaraciones más explosivas llegaron en el Despacho Oval: “El problema no es el tratado, es que no lo respetan. Y eso se va a acabar”. Trump insistió por sexta vez en su discurso:
“Sin respeto al T-MEC, no hay trato que valga”.
La advertencia resonó fuerte en Ottawa y Ciudad de México, donde ambos gobiernos ya preparan su contraofensiva.
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Alianza México-Canadá: el muro de contención contra Trump
Frente a la embestida de Donald Trump, México y Canadá activaron su diplomacia comercial de emergencia. La presidenta Claudia Sheinbaum reveló detalles de su llamada estratégica con Mark Carney, donde acordaron una posición común: defender el T-MEC como pilar de la integración económica norteamericana.
La mandataria mexicana ha sido clara en todos los foros:
“En mis llamadas con Trump le he dejado claro que este tratado nos beneficia a los tres. No somos rivales, somos complementos”.
El pulso comercial entró en fase crítica. Mientras Trump amenaza con dinamitar el acuerdo, México responde cancelando importaciones de acero y Canadá estudia represalias. La Cámara de la Industria de Transformación ya alertó sobre el riesgo de una guerra comercial total. El 2025 se perfila como el año decisivo: o salvan el T-MEC con concesiones dolorosas, o América del Norte enfrentará su mayor crisis económica en décadas.
Trump sobre el T-MEC lo dejó claro: “Esto no es un juego”. Y el mundo empresarial empieza a creerle. La bola está ahora en la cancha de México y Canadá, que deberán decidir cuánto están dispuestos a ceder para evitar el colapso del tratado que transformó el comercio continental.