La Federación de Fútbol de Irán anunció que no participará en la ceremonia del sorteo de la Copa Mundial 2026, programada para el 5 de diciembre en Washington, luego de que Estados Unidos negara visas a varios miembros de su delegación. La decisión profundiza las tensiones diplomáticas entre ambos países y añade un elemento político a uno de los eventos deportivos más importantes del mundo.
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Un conflicto ajeno al deporte afecta al Mundial 2026
De acuerdo con medios iraníes, Estados Unidos rechazó otorgar visas a parte de la delegación, incluido Mehdi Taj, presidente de la Federación de Fútbol de Irán. Solo cuatro miembros, entre ellos el seleccionador nacional Amir Ghalenoei, recibieron autorización para viajar.
La federación iraní informó a la FIFA que esta decisión “no tiene relación con el deporte” y que, en consecuencia, su delegación no asistirá al sorteo del Mundial 2026. 
El portavoz de la federación declaró en la televisión estatal que se trata de una situación fuera del ámbito deportivo, mientras que Taj calificó la decisión como una acción “política”, solicitando al presidente de la FIFA, Gianni Infantino, intervenir para detener “este comportamiento”.
Irán y Estados Unidos, más de cuatro décadas de tensiones
Las relaciones entre Irán y Estados Unidos están rotas desde hace más de 40 años. Ambos países habían reanudado en abril negociaciones, mediadas por Omán, sobre el programa nuclear iraní, pero estas quedaron suspendidas tras el ataque sorpresa de Israel contra Irán el 13 de junio, conflicto que duró 12 días y durante el cual Estados Unidos también atacó tres importantes instalaciones nucleares iraníes.
Este contexto de tensión geopolítica parece que influyó en la negativa de visas, pese a que el deporte suele considerarse un espacio neutral.
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Irán en el Mundial 2026: Presente en las canchas, ausente en el sorteo
Irán se clasificó en marzo al Mundial 2026, y se encuentra en el bombo 2 del sorteo, según determinó la FIFA.
Aunque su ausencia en la ceremonia no afecta su participación en la competencia, sí representa un mensaje político significativo en un torneo que será coorganizado por Estados Unidos, Canadá y México.
Cabe destacar que la mayoría de los partidos, incluida la final, se disputarán en territorio estadounidense, lo que agrega un matiz adicional a la controversia.
