Donald Trump sorprendió al anunciar que desde el 1 de noviembre de 2025 todos los camiones medianos y pesados importados a Estados Unidos estarán sujetos a un arancel del 25%.
El presidente difundió la medida a través de su red social Truth Social, indicando que la disposición aplicará a vehículos de cualquier país. Según la Casa Blanca, la acción busca proteger la seguridad nacional y reforzar a los fabricantes locales, como Peterbilt, Kenworth, Freightliner y Mack Trucks.
El mandatario sostiene que los gravámenes son necesarios para defender a la industria estadounidense de lo que considera competencia externa desleal.

Arancel: Amplio impacto en transporte y comercio
El arancel afectará una variedad de vehículos, incluyendo camiones de reparto, autobuses urbanos y escolares, tractocamiones, camiones de servicios públicos y semirremolques. Expertos advierten que esta medida podría elevar los costos de transporte y logística, afectando a empresas de distribución y eventualmente a los consumidores.
México se perfila como el país más afectado, pues es el mayor exportador de camiones medianos y pesados a Estados Unidos. Desde 2019, estas importaciones se triplicaron, alcanzando cerca de 340 mil unidades. Las normas del T-MEC permiten exentar de aranceles los camiones cuyo 64% del valor se genere en América del Norte, considerando piezas, motores y ensamblaje.
Sin embargo, la falta de claridad sobre la aplicación del nuevo arancel genera incertidumbre entre fabricantes como Stellantis, que produce camionetas Ram y furgonetas comerciales en México, y Volvo, que construye una planta de camiones pesados en Monterrey con una inversión de 700 millones de dólares.

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Reacciones y retos
La Cámara de Comercio estadounidense advirtió que imponer nuevos aranceles sería contraproducente, recordando que los principales exportadores —México, Canadá, Japón, Alemania y Finlandia— son aliados estratégicos de Estados Unidos. Por su parte, México señaló que sus camiones incluyen un 50% de contenido estadounidense, sobre todo motores diésel, y expresó su rechazo a la medida.
Hasta ahora, no se han dado a conocer los detalles sobre cómo se implementarán los aranceles ni la respuesta formal de los países exportadores. Analistas prevén que esta decisión podría alterar las cadenas de suministro, modificar los precios del transporte y generar ajustes en la producción de vehículos de carga en Norteamérica, mientras las empresas evalúan nuevas estrategias para minimizar el impacto económico.
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