Subir IEPS a bebidas saborizadas genera controversia

Subir el IEPS a bebidas saborizadas genera controversia Subir el IEPS a bebidas saborizadas genera controversia
Expertos y comerciantes alertan que subir el IEPS a bebidas saborizadas afectará ventas, empleos y no cambiará hábitos de consumo.

El aumento del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) de 1.5 a 3.08 pesos por litro a las bebidas saborizadas amenaza a miles de comercios en México y no cumpliría con los objetivos de salud pública. La propuesta, que busca incrementar la recaudación fiscal, incluiría a las bebidas con edulcorantes bajos en calorías al mismo nivel que las endulzadas con azúcar. Expertos y asociaciones de comerciantes, como la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC), advierten que esta medida no cambia los hábitos de consumo y podría generar efectos negativos en la producción, el empleo y las ventas minoristas.

Según Cuauhtémoc Rivera, presidente de ANPEC, el aumento del IEPS es un impuesto fallido e ineficaz: no modificó el consumo de refrescos durante la última década y resulta regresivo, ya que golpea directamente a los sectores más vulnerables. La combinación de una inflación creciente y un bajo índice de confianza del consumidor hace que cualquier incremento fiscal sobre bebidas saborizadas aumente la presión sobre los hogares y las pequeñas tiendas, donde hasta 40 por ciento de los ingresos proviene de la venta de estas bebidas.

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Impactos económicos y comerciales

El sector industrial señala que la medida generaría caída en ventas, pérdida de empleos y menores compras de insumos agrícolas nacionales. Además, gravar bebidas con edulcorantes no calóricos al mismo nivel que las azucaradas podría desincentivar el consumo de alternativas bajas en calorías, contradiciendo los objetivos de reducción calórica promovidos por la Secretaría de Salud. Los expertos recuerdan que los edulcorantes no calóricos cuentan con aval de organismos internacionales como la OMS, la FDA y la COFEPRIS, y su inclusión en el impuesto podría elevar el precio de estas opciones frente a las bebidas tradicionales.

Los datos muestran que, pese al IEPS vigente desde 2014, los índices de obesidad y diabetes en adultos continúan al alza: la obesidad pasó de 32.4 a 39 por ciento y los casos de diabetes de 9.2 a 11 por ciento. Mientras tanto, el consumo de refrescos ha disminuido, lo que evidencia que el impuesto vigente no logró cambiar los hábitos de consumo de la población.

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Propuestas y alternativas

Expertos y comerciantes coinciden en la necesidad de un esquema fiscal más equilibrado que no concentre la carga en un solo sector ni afecte la competitividad. La industria se muestra dispuesta a colaborar en campañas de prevención, educación alimentaria y reformulación de productos, pero advierte que un aumento indiscriminado del IEPS podría generar un efecto contrario al esperado, aumentando los precios para los consumidores sin modificar la ingesta de azúcar.

En resumen, elevar la carga fiscal sobre bebidas saborizadas en México genera preocupación por su impacto económico y social, mientras que sus beneficios en salud pública son cuestionables. La discusión sobre cómo lograr un equilibrio entre recaudación fiscal y promoción de hábitos saludables sigue abierta entre autoridades, expertos y comerciantes.

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