Pese a todo pronóstico y al entorno global adverso, las exportaciones de México en septiembre de 2025 alcanzaron 56 mil 488 millones de dólares, un crecimiento anual de 13.8%, demostrando que la llamada tormenta arancelaria no ha frenado el dinamismo del comercio exterior nacional.
De ese total, las exportaciones manufactureras sumaron 52 mil 370 millones de dólares, con un aumento de 15.7% respecto al mismo mes del año anterior. Sin embargo, el cambio más relevante no fue la magnitud, sino la composición: mientras el sector automotriz retrocedió ligeramente, otras ramas industriales se convirtieron en los nuevos motores del crecimiento exportador mexicano.
Los nuevos campeones de la manufactura mexicana
Durante septiembre, las exportaciones automotrices cayeron 0.2% anual y 7.2% hacia Estados Unidos, pero otras industrias vivieron un auge sin precedentes.
Entre los sectores con mayor dinamismo destacan:
- Maquinaria y equipo especial: +76.2%
- Minerometalurgia: +12.1%
- Eléctrico-electrónico: +9.9%
- Equipo profesional y científico (incluyendo dispositivos médicos): +8.9%
Este cambio refleja una transformación estructural: el motor exportador de México ya no depende exclusivamente del automóvil. Los nuevos protagonistas son industrias de alto valor agregado y contenido tecnológico, que están ganando terreno en el mercado norteamericano y global.
Únete a nuestro canal de WhatsApp
Tres razones por las que los aranceles no golpearon a México
1. El escudo del T-MEC
El Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) sigue siendo el principal ancla de estabilidad comercial. Las reglas de origen y la certidumbre jurídica del acuerdo mantienen abiertas las puertas del mercado estadounidense.
De enero a septiembre, las exportaciones no petroleras a Estados Unidos crecieron 6.8% anual, con un contraste notable:
- Automotrices: -4.9%
- No automotrices: +12.8%
La preferencia estructural del T-MEC permitió que México conservara su posición como principal socio comercial de Estados Unidos, incluso en medio de tensiones arancelarias globales.
2. Desvío de comercio desde Asia
Las medidas proteccionistas de Washington contra China y otras economías asiáticas provocaron un redireccionamiento de pedidos hacia Norteamérica.
México aprovechó esa ventana: en 2024 registró más de 506 mil millones de dólares en ventas a Estados Unidos, consolidándose como su principal proveedor, según el US Census Bureau.
La fórmula mexicana combina ventajas logísticas, proximidad geográfica, sincronía horaria y redes de proveedores establecidas, lo que reduce costos y tiempos de entrega.
3. Nearshoring con contenido local
El nearshoring dejó de ser una promesa y ya se refleja en cifras concretas.
El Banco de México documenta que el valor agregado nacional en las exportaciones manufactureras ha crecido, sobre todo en el norte y centro del país.
Esto significa que México produce más partes, diseño y procesos propios, reduciendo su dependencia de insumos importados.
Diversificación productiva: De autos a chips, robots y bisturís
El sector automotriz sigue siendo columna vertebral, pero 2025 marcó un punto de inflexión. Con menores exportaciones y producción intermitente, la industria automotriz opera “en neutral”.
En cambio, las manufacturas eléctricas, electrónicas, médicas y de maquinaria especializada tomaron la delantera.
En regiones como Baja California, el auge es evidente: el estado se consolida como clúster médico y electrónico, con plantas dedicadas a la producción de instrumental quirúrgico, pantallas, circuitos y dispositivos médicos, generando miles de empleos especializados.
Leer más: Adiós a Movistar en México, Venezuela y Chile: Telefónica busca enfocarse en mercados clave
México redefine su competitividad
Los datos del US Census y del INEGI confirman una tendencia clara: En septiembre, las exportaciones manufactureras no automotrices a Estados Unidos crecieron 22.3% anual, mientras que las automotrices cayeron 7.2%.
En el acumulado de enero a septiembre:
- No automotrices: +12.8%
- Automotrices: -4.9%
México no “esquivó” los aranceles por suerte. Lo hizo porque su integración productiva con Norteamérica, la diversificación industrial y el contenido nacional creciente actuaron como un escudo ante los choques externos.
Retos para consolidar la nueva etapa exportadora
- Profundizar el contenido local:
Impulsar cadenas de proveeduría nacional, financiamiento a Pymes y certificaciones que garanticen el cumplimiento de las reglas del T-MEC. - Infraestructura y fronteras inteligentes:
Mejorar cruces, puertos y suministro energético para mantener la ventaja logística del país. - Política industrial estratégica:
Fomentar sectores con alto valor agregado —electrónica, salud, maquinaria— que multipliquen el empleo y la inversión.
De cara a la renegociación del T-MEC, México llega con una posición sólida.
Mientras otras economías enfrentan conflictos comerciales con Estados Unidos, el país ha sabido mantener estabilidad diplomática y productiva, apoyada en coordinación logística y cooperación en seguridad.