El estado de Texas, principal productor de carne de res en Estados Unidos, pidió oficialmente al gobierno de Donald Trump que se reabra la frontera con México a las importaciones de ganado, un intercambio comercial clave que se encuentra parcialmente suspendido desde hace casi un año debido a un brote de la mosca del gusano barrenador.
El comisionado del Departamento de Agricultura de Texas, Sid Miller, aseguró que ya existen las condiciones necesarias para reanudar el comercio “lo antes posible”, al considerar que los sistemas de control y cuarentena actuales garantizan la seguridad sanitaria.
“Necesitamos abrir la frontera ya. Se puede hacer sin riesgo alguno de que el gusano barrenador cruce con el ganado; tenemos demasiados controles y medidas de seguridad”, declaró Miller en entrevista con medios locales.
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Un comercio vital paralizado por casi un año
Desde la suspensión parcial del comercio de ganado mexicano hacia Estados Unidos, el sector cárnico ha sufrido una fuerte presión.
Durante décadas, México ha exportado más de un millón de cabezas de ganado al año, lo que representa alrededor del 60 % de las importaciones estadounidenses de ganado en pie y cerca del 3 % del total del hato nacional.
La mayoría de estos animales son becerros de engorda, enviados principalmente a ranchos en Texas, Oklahoma y Nuevo México, donde son criados para la producción de carne destinada al consumo nacional e internacional.
México y Estados Unidos avanzan en negociaciones
El secretario de Agricultura de México, Julio Berdegué, se reunió en Washington con su contraparte estadounidense para avanzar en la reanudación del comercio ganadero. Aunque el encuentro logró “avances importantes”, Berdegué señaló que aún no existen las condiciones para fijar una fecha de reapertura.
Por su parte, Sid Miller insistió en que las medidas de protección sanitaria ya están garantizadas:
“Ese ganado pasa por cuarentena y es inspeccionado por veterinarios del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA). No hay riesgo de contagio”, afirmó el funcionario texano.
Miller también advirtió que, si el comercio no se reactiva pronto, México podría fortalecer su propio mercado cárnico, procesando las reses internamente y reduciendo la dependencia comercial de Estados Unidos.
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El hato ganadero estadounidense, en su nivel más bajo en décadas
Actualmente, Estados Unidos enfrenta la menor cantidad de ganado en décadas, resultado de una combinación de factores como sequías prolongadas, incremento en los costos de mantenimiento y la suspensión de las importaciones desde México.
De acuerdo con un informe del Texas Farm Bureau, esta situación ha elevado los precios de la carne a niveles récord:
- Carne molida: 6.12 dólares por libra en junio, un incremento del 12 % respecto al año anterior.
- Bistec: 11.49 dólares por libra, un aumento del 8 % anual, según datos de la Oficina de Estadísticas Laborales de EE. UU.
Esta escalada de precios impacta directamente en los consumidores, que comienzan a optar por alternativas más económicas como el pollo o el cerdo.
La propuesta de Sid Miller para estabilizar el mercado
Ante la crisis del sector, Sid Miller presentó una propuesta integral al expresidente Donald Trump y a su asesor Stephen Miller.
El plan contempla:
- Ampliar las tierras destinadas al pastoreo, mediante nuevos permisos y el uso de zonas agrícolas protegidas por el Departamento de Agricultura.
- Ofrecer incentivos fiscales a los productores de vacas y becerros para reactivar la producción nacional.
El intercambio de ganado entre México y Estados Unidos representa uno de los ejes más antiguos y rentables del comercio agropecuario norteamericano.
Además de fortalecer las economías fronterizas, este flujo de exportaciones contribuye a la estabilidad de precios y al abasto de carne en ambos países.
 
			 
				 
				 
				 
				 
						 
					 
 
 
										 
									 
										 
										 
										 
										