Un robo de película sacudió al Museo del Louvre este domingo, cuando un comando de cuatro personas sustrajo ocho joyas de la realeza francesa en una operación que duró apenas solo siete minutos. El atraco, ejecutado con precisión y sin dejar víctimas, llevó a las autoridades francesas a cerrar temporalmente el recinto y abrir una investigación por robo en banda organizada.
El golpe que paralizó al museo más famoso del mundo
De acuerdo con la fiscal de París, Laure Beccuau, los ladrones irrumpieron en la Galería Apolo, una de las más resguardadas del museo, donde se exhiben piezas históricas como los diamantes de la corona francesa. Usaron un camión con montacargas, motosierras pequeñas y motocicletas de gran cilindrada para escapar por el flanco sur, que da al río Sena. 
En apenas siete minutos, lograron romper dos vitrinas que resguardaban joyas del Segundo Imperio y de la colección real. Las alarmas se activaron de inmediato, pero el grupo logró huir antes de que llegaran las fuerzas de seguridad.
Entre las piezas sustraídas se encontraban diademas, collares y broches del siglo XIX, pertenecientes a figuras como la emperatriz Eugenia de Montijo, la reina María Amelia y la reina María Luisa. Una de las joyas —la corona de la emperatriz Eugenia— se perdió durante la fuga y fue hallada poco después cerca del museo.
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Un robo histórico y una investigación en curso
El presidente francés, Emmanuel Macron, aseguró que los responsables serán localizados y las joyas recuperadas. El Ministerio de Cultura confirmó que el robo fue “rápido y violento” y que los agentes del museo actuaron de inmediato para resguardar el resto de las piezas.
El Museo del Louvre, que recibió cerca de nueve millones de visitantes en 2024, ha sido blanco de varios robos a lo largo de su historia, aunque pocos con el nivel de planificación del ocurrido esta semana. El caso ha reavivado el debate sobre las medidas de seguridad en los museos nacionales, luego de otros hurtos recientes en el Museo de Historia Natural y el Museo Cognacq-Jay de París.
Las autoridades francesas mantienen abierta la investigación para identificar a los responsables y determinar si el grupo actuó por encargo. Mientras tanto, el Louvre ha reforzado su vigilancia en las galerías que albergan las colecciones de joyas y objetos históricos.
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