El sector construcción en Puebla enfrenta un semestre complicado. En lo que va de 2025, las empresas locales reportan una caída de alrededor del 38 % en su actividad, según Marisol Ávila Córdova, presidenta de la Asociación de Empresas de la Construcción del estado de Puebla (AECO).
La dirigente explicó que los aranceles impuestos por Estados Unidos y la falta de certezas sobre inversiones privadas han detenido proyectos y limitado la capacidad de crecimiento del sector.
“El inicio del año mostró un estancamiento que no habíamos visto antes. Aunque los proyectos públicos son grandes y visibles, su complejidad impide que compensen la baja en productividad de la industria”, señaló Ávila Córdova.
Esta situación obliga a las constructoras a replantear estrategias, buscando mantener operaciones y rentabilidad frente a un panorama económico incierto.

Vivienda: una luz en medio de la crisis
Dentro de este contexto adverso, el mercado de vivienda surge como una oportunidad para los constructores. Los desarrollos privados y los programas federales de construcción habitacional podrían atraer nuevas inversiones y reactivar el sector.
Ávila Córdova destacó que los precios de construcción se ajustaron tras años de sobrevaloración y anticipa una reducción de entre 4 y 5 % en los próximos meses, lo que beneficiaría tanto a compradores como a empresas constructoras.
El ajuste responde, en parte, a la menor demanda de obra pública y grandes infraestructuras. Sin embargo, implica también un reto: las constructoras deben optimizar recursos y cumplir con los plazos sin generar sobrecostos. La autosuficiencia en proyectos habitacionales se convierte así en una estrategia para empresas locales que buscan mantener margen de operación.

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Retos adicionales: inseguridad y logística
A esta situación se suma el impacto de la inseguridad. Robos de maquinaria, equipo y personal se reportan tanto en Puebla como en rutas hacia Veracruz, así como en estados como Guerrero, Zacatecas y Michoacán, incrementando los costos operativos y reduciendo la rentabilidad de los proyectos.
Las empresas tienen que invertir en protección de materiales y logística, con el objetivo de minimizar pérdidas y garantizar la continuidad de las obras.
En este escenario, la combinación de ajustes en costos de vivienda y la búsqueda de modelos más eficientes se vuelve crucial. Las empresas constructoras enfrentan un panorama desafiante, pero también encuentran oportunidades para adaptarse, innovar y aprovechar un mercado de vivienda más accesible que puede ayudar a la recuperación del sector.
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