México en sexto lugar: un gran trampolín que exige

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Por: Eduardo Rivera S.

Presidente del Consejo Editorial de Grupo Mundo Ejecutivo

Me encontré una gráfica que coloca a México como sexto destino turístico del mundo y, después de pensar en selfies en la playa y vuelos cancelados, vi una enorme oportunidad para reflexionar. Hace unos días, ONU Turismo confirmó que México recibió 45 millones de turistas internacionales en 2024, manteniéndose en la posición 6 a nivel global.

Y podrán decirme que ver a México en el sexto lugar del ranking mundial de destinos turísticos es noticia vieja, pero al mirar detrás del número —y de lo que representa para una administración que ha apostado por crecer sin sobreexplotar destinos, promoviendo nuevos puntos de referencia a través de proyectos ferroviarios y esquemas de sustentabilidad cultural y ambiental—, ese puesto deja de ser una estadística y se convierte en un trampolín.

Y es que, aún lejos de las cifras de ingresos —ocupamos el lugar 16 con 33 mil millones de dólares—, es cierto que nunca habíamos destacado tanto en cuanto al número de visitantes, lo cual tiene gran mérito, ya que el repunte fue notable: 7.4% más visitantes que en 2023, la primera vez que superamos los niveles prepandemia; y en el primer trimestre de 2025 llegamos a registrar un 8.1% más de llegadas internacionales.

Estos números no nos caen del cielo, son fruto de una gestión que ha puesto énfasis en la promoción, la conectividad y la apertura de nuevas rutas. Vamos bien. La Sectur reporta que somos el segundo país de América más visitado, solo detrás de Estados Unidos. En marzo era noticia que más de 6.1 millones de turistas llegaron en tres meses, con una fuerte subida de canadienses (13%) y argentinos (32%). Y es que hay algo en nuestro mix cultural, climático y de servicios que sigue funcionando, aunado a la promoción federal que, aunque ha tenido altibajos, arroja resultados.

Claro que las divisas no han crecido al mismo ritmo. En 2024 alcanzamos un nuevo récord cercano a los 33,000 millones de dólares, pero el peso promedio que dejan los visitantes bajó un poco. Y es justo ahí donde radica el reto, en mantener los turistas sin que se conviertan en clientes de una sola postal.

Lo prometedor está en las señales concretas que sí hemos visto: la alianza con la Unesco para impulsar el turismo comunitario, basada en Pueblos Mágicos, dignifica a las comunidades y mejora la derrama económica en materia turística. También hay inversión: el Grupo Aeroportuario del Pacífico comprometió 52,000 millones de pesos para ampliar la capacidad en los aeropuertos de Puerto Vallarta, Los Cabos y Guadalajara, lo que refuerza la infraestructura en este sector.

Ese impulso puede percibirse de manera tácita: más empleos directos —cinco millones en el primer trimestre, un alza de 2.9%— y más opciones turísticas. Si sumamos la apertura de nuevas rutas internacionales y la concreción del Tren Maya y otros proyectos de conectividad portuaria y ferroviaria, el paisaje comienza a transformarse.

Pero nada de esto es casualidad, ya que la actual administración ha apostado por una visión de turismo que no se concentre solo en sol y playa. Quien haya asistido al Tianguis Turístico lo habrá visto: gastronomía, Pueblos Mágicos, comunidades indígenas, ecoturismo, turismo médico y hasta zonas vinícolas. Todo esto con un hilo conductor: regulación, certificación y promoción responsable.

El sexto lugar es, hoy, una plataforma de lanzamiento. Lo bueno, y quizá lo más difícil, será hacer de ese ranking una herramienta permanente. Hay que trabajar para que los turistas se distribuyan mejor, que el gasto se multiplique fuera de Cancún, Los Cabos y Ciudad de México, y que se conviertan en clientes vinculados con Pueblos Mágicos o rutas culturales integradas con comunidades.

Y si este sexto puesto es trampolín, la Fitur 2026 será su marca de lanzamiento. México fue designado País Socio de la feria que se celebrará en Madrid del 21 al 25 de enero del año entrante, así que se avecina un pabellón completo —el más grande de América en ese escenario— que no se conformará con exhibir playas, llevará gastronomía, artesanías, tradiciones y los más de 177 Pueblos Mágicos, presentado por los 32 estados y una delegación que incluye desde gobernadores hasta artesanos locales. Además, será sede de Fitur TechY y el Pabellón del Conocimiento, núcleos de vanguardia para el turismo sustentable y digital. Por lo visto, no solo estaremos en la foto, sino conduciendo el discurso. Y es aquí donde el sexto lugar puede convertirse en una plataforma de estrategia internacional con aspiraciones mayores.

México tiene una oferta inagotable: 36 sitios arqueológicos inscritos en la Unesco, biodiversidad única, cultura viva, infraestructura aérea en expansión y cadenas productivas que se preparan para mayor sofisticación. Por eso estoy convencido: este sexto puesto no es un destino, es el comienzo para construir un turismo que, de verdad, sea motor de desarrollo.

Y si seguimos afinando todas las piezas: comunidad, inversión, infraestructura y diversificación, lo que hoy es un trampolín puede convertirse en liderazgo, algo que requiere oficio. Y esa es la conversación que México debe empezar ahora.

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